Alumnos adultos

Hay muchos tipos de alumnos con necesidades diferentes, una buena manera de empezar a agruparlos es por grupos de edades. Estos grupos tienen unas características generales comunes. Las hay de dos tipos: características positivas, aquellas que facilitan y potencial el proceso de aprendizaje y las características negativas que son las que producen el efecto contrario.
A continuación, me dispongo a enumerar dichas características de los alumnos en edades adultas.


Características positivas:

• Saben utilizar el pensamiento abstracto.
• Tienen expectativas respecto a su propio proceso didáctico y conocen que modo de estudio les da mejores resultados.
• Tienen mucha experiencia como consecuencia que responden bien a muchos tipos de actividades distintas.
• Tienden a ser más disciplinados y organizados, lo que les facilita la absorción de conocimientos.
• A diferencia de los niños y/o los adolescentes, tienen muy claro por qué están estudiando y que les van a dar estos conocimientos a su vida personal o profesional. La motivación és uno de los elementos más importantes en la adquisición de nuevos conocimientos, un alumno motivado puede hacer frente a sus dificultades educativas.  

Características negativas:

• Aquellos que hayan sufrido fracaso escolar o hayan tenido malas experiencias en clase, pueden sentirse ansiosos o sin confianza en ellos mismos y sus capacidades como alumnos.
• Pueden ser críticos ante ciertos métodos educativos y rechazarlos. Su experiencia previa en el aprendizaje los puede haber predispuesto a operar únicamente con un método de trabajo y puede ser difícil motivarlos para experimentar nuevos métodos.
• Muchas veces, la gente mayor está preocupada por el hecho de que su agilidad y agudeza mental puedan estar disminuyendo como consequencia del envejecimiento. Alan Rogers, señala que lo que dificulta el aprendizaje no es la edad sino el tiempo durante el que no se ha estudiado, como más tiempo haga más dificultad.

Como veis, lo importante es querer aprender y no darse por vencido en el proceso.

Fuente: Harmer, Jeremy. The Practice of English Language Teaching. Essex: Longman 2001.